Estamos grabando reconstruye escénicamente una memoria personal que se hilvana con una memoria compartida. Tres actrices que son la misma persona recuerdan y recrean desde el afecto escenas de niñez, de descubrimiento, de amor y de pertenencia colectiva. Construyen la posibilidad de dialogar con la voz de su padre, una voz grabada casi 40 años atrás que vuelve para instalar también una pregunta sobre el tiempo, la historia sus repeticiones y sus diferencias.